En la Escuela de Bellas Artes de San Fernando fue donde comencé a entablar amistad con Valle-Inclán, al igual que con el pintor Timoteo Pérez Rubio.
Gracias a esta etapa de mi vida, me pude casar en 1921 con el pintor Timoteo y pude tener un hijo con él, al que llamamos Carlos. No hay que olvidar que fue mi marido quien salvó el patrimonio del Museo del Prado durante la Guerra Civil ya que trasladó las obras de arte a Francia para que no fuesen destruidas.
Vivimos los primeros años de nuestro matrimonio en Roma, gracias a una beca de estudios concedida por la Academia de España a Timoteo.
Al estallar la Guerra Civil Española, en 1936, mi marido se alistó voluntario en el ejército y a la vez que firmé el Manifiesto de los intelectuales antifascistas, colaborando con la prensa republicana y trabajando como enfermera. a pesar de que mio hijo era aún muy pequeño, viajé a Barcelona, Valencia y luego a otros países como Francia, con una breve etapa en Grecia.
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